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Archive for febrero 2007

Dicen, y es cierto, que para viajar es necesario tener la mente abierta, el corazón tranquilo y los brazos abiertos. Pues bien, estos consejos sirven perfectamente cuando nos enfrentamos a una obra de David Lynch. Quien haya visto esas obras maestras llamadas Mulholland Drive y Blue Velvet  y quien sepa lo que es la Carretera Perdida y la Cabeza Borradora sabe de que estoy hablando.
Cinco larguísimos años después de Mulholland Dr. vuelve. Y lo hace extremando sus posiciones formales y estéticas. Y lo hace con una pélicula apta sólo para devotos de su cine, con todas esas señas de identidad que a los que nos gusta Lynch nos vuelve locos. Lo digo porque son tres horas de surrealismo con puntos de conexión con su última obra y con las antes mencionadas…Aquí volvemos a ver un Hollywood peligroso, lámparas rojas, pasillos claustrofóbicos, homenajes a El Mago de Oz (En este caso, esa estrella en el suelo…) cámaras de cine que pueden matar, puertas que no sólo son entradas a habitaciones,teléfonos que suenan y suenan, conversaciones que se repiten, música hipnotizante de Badalamenti(junto a Genio Morricone y Elfman, lo mejor del cine actual), pantallas en las que uno mismo se ve haciendo lo que hizo ayer, hace ahora o hará mañana, primeros planos insuperables, momentos de miedo real…Y sobre todo, dualidad. Lynch está obesionado con mostrar las dos caras de cada uno de nosotros. Y lo hace como siempre, no rodando escenas, sino sueños. Alguna vez he dicho que Lynch no es un director de cine, sino un director de pesadillas. Y como tal, llena la pantalla de viajes mentales imposibles de entender en su totalidad, ya que nos hace viajar por el tiempo y el subconsciente sin que podamos huir: estamos atados.
No hace falta decir que el argumento es lo de menos, porque tiene mucho más. Sólo decir que en Inland Empire hay una película americana que resulta ser un remake de una polaca donde los actores protagonistas acaban asesinados. Desde ese momento,se juntan ambas películas, las vidas de los actores polacos y americanos se mezclan y el personaje de Laura Dern (insuperable, inmensa) confunde verdad con mentira, ayer y mañana. Y los fanáticos de Lynch, encantados,caen(caemos) a sus pies viendo un cuadro surrealista del que sólo entendemos un diez por ciento. El noventa restante nos enamora.
Pero algo ha cambiado en Lynch. Antes he dicho que aquí extrema sus posiciones. Ese extremo no viene sólo de que se ha renunciado por completo a la trama inteligible, sino a que deja el lujo visual que le caracterizaba y se afea utilizando cámara digital, lo que le permitar distorsiar la imagen sin problemas y meterse en escondites con facilidad.
Y ya acabo. No recomiendo esta película a ajenos a Lynch, porque entiendo que el daño puede ser irreparable. Pero a los que disfruten de sus viajes por el laberinto interior, que no se la pierdan, porque no saldrán decepcionados, porque saldrán del cine con preguntas que , porque sonreirán cómplices con cada guiño que desde la inmensa pantalla hace el director de sueños a sus soñadores espectadores que le han seguido por viajes anteriores.
OBRA MAESTRA. Dalí estaría orgulloso, Murakami estará orgulloso. Yo estoy encantado.
It´s a strange world, isn´t it?- Blue Velvet.
Todo está grabado- Mulholland Drive.
Son gente rara- Inland Empire.
In dreams I walk with you…- Blue Velvet.
 
 

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Buenas tardes.
Hubo un tiempo no muy lejano en el que Alemania no era un país, sino dos. En el que una de las Alemanias pasó a llamarse, cínicamente, República "Democrática" Alemana (las comillas son mías, y a mucha honra). Una Alemanía con unos habitantes que vieron como pasaron en meses de la caida de un regimen ruidoso e inolvidable de terror nazi al horror frío y silencioso de los comunistas. Fue entonces, en 1945, cuando nació la Stasi, esa fábrica con 100.000 personas que dedicaban día y noche a mirar, escuchar, oler y vigilar a todo aquel que acariciara la libertad, la democracia. A esas 100.000 personas podemos añadir miles de vecinos obligados a callar, delatar y llorar sólo en silencio.
Pues bien, ahora, 17 años después de la caida del muro, un alemán ( Von Donnersmarck se decide a hablar de esa vergüenza silenciada.Y lo hace sin alardes de movimientos de cámara ni filigranas formales. Le basta, como si pareciera fácil, con un guión sencillamente perfecto, un tono frío que quema a quien ve la película y unas actuaciones tan imposibles de olvidar como la historia que se nos cuenta. SObre todo la de la Ulrich Muhe, que crea un personaje complejo y contradictorio, de gestos justos, sólo con el poder de dos ojos que pasan del odio del comienzo hacia el escritor y la actriz que decide espiar al enamoramiento de esa forma de vida, de la normalidad, de la libertad que en esa cárcel que fue la Alemania comunista implicaba leer a Brecht, escuchar música clásica o hacer una pequeña fiesta.
No se trata ahora de destripar la película, sino de admirar casi todo de ella (salvo un dato que me mosquea…¿De verdad no se podían grabar las conversaciones, sino sólo oirlas?Porque si se pudieran grabar, no podría haber fallo alguno en el sistema de espionaje). Películas como esta le reconcilian a uno con el cine necesario, díficil e interminable. Interminable porque días después de verla rondan por mi cabeza distintas escenas, diálogos, silencios…hasta que pienso que sabemos poco de los que nos rodea, de esa Alemania que hasta hace muy poco vivía en la dictadura de la mentira, el olvido, la manipulación del lenguaje y el miedo. Stalin lo supo bien: asusta a la gente y ésta dejará de quejarse. Afortunadamente, el muro cayó y con él los cables que ahogaban casas y vidas ajenas. La de los otros. Las nuestras.
 En definitiva, una película impresionante: desde el punto de vista cinematográfico es un thriller implacable; desde el punto de vista histórico, es un relato necesario; y desde un punto de vista social, es un cuadro esclarecedor que deben ver aquellos nostálgicos que siguen viendo bondades a lo que da vomitos, que siguen justificando lo que sólo ha de condenarse.
 
 

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 En un momento en el que un terrorista se ríe de España, en el que el Times sigue evitando llamar terroristas a esta gente, en un momento en el que El Maldito Estatut vuelve a la palestra , en un momento en que se juzgan más las declaraciones de los políticos que sus hechos, en un momento en el que me temo (llamadlo intuición) que puede haber un atentado bestial dentro de poco…
En este día, los telediarios abren con la muerte de la hermana de la mujer del hijo del rey. Así vamos.
Saludos.

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