Cuando El BIerwinkel era un templo laico,
las tardes tenían diez grados,
las risas eran de espuma
y los gatos, todos pardos.
Cuando el año empezaba en septiembre,
cuando una pizza era caviar,
el Kalimotxo un elixir
y el futuro una verdad.
Cuando un camping era un "Paraiso" de estrellas
Y las estrellas un hostal de madrugada
donde dejar veranos perdidos
y guitarras desafinadas.
Cuando las guerras eran con globos
y las Hogueras con petardos.
Cuando la azotea era cielo,
refugio y secretos guardados.
Cuando MArio Bros era Dios,
Tenerife un infierno blanco,
el 21 un juego mortal
y La Tronca nuestro estanco.
Cuando las moscas se llamaban Tumasa,
nuestras cenas eran bocatas
de atún o jamón del bueno
y los gitanillos, monstruos con patas.
Antonio era Chingaor,
Julio, un dictador,
Esther una actriz porno
y el Pitufo un perdedor.
Isaac era un videoclub,
El tour se hacía con chapas,
Rambo se llamaba Alberto.
¿Los gusanitos?…Nuestras tapas.
Continuará….¿?