Archive for noviembre 2009
Tres monos
Posted in Literatura, música, cine, pintura, opinión personal, naderías. on 30 noviembre, 2009| Leave a Comment »
El periódico
Posted in Literatura, música, cine, pintura, opinión personal, naderías. on 29 noviembre, 2009| Leave a Comment »
TRUFFAUT. VIDEOS Y PALABRAS.
Posted in Literatura, música, cine, pintura, opinión personal, naderías. on 27 noviembre, 2009| Leave a Comment »

Yo no tengo razón, por eso no te quiero ni querré nunca a nadie.
Creo que para cada hombre ha sido creada una mujer que es su esposa. Pueden existir varias mujeres con las que podría tener una vida apacible, útil e incluso agradable. Pero no hay más que una que sea la esposa perfecta. Ella puede morir, puede no encontrarle nunca o puede estar casada con otro. Entonces es mejor para ese hombre no casarse. Existe para cada mujer un hombre único creado para ella, que es su esposo.
Me has dicho te quiero. Te he dicho espera. Iba a decir tómame. Me has dicho vete.
Jim, Catherine no quiere saber nada más de mí, me aterroriza perderla, y que se aparte totalmente de mi vida… Jim, quiérela, cásate con ella y déjame verla, quiero decir, si la amas, deja de pensar que soy un obstáculo.
¿Quién posee más a una mujer? ¿Aquél que la toma o aquél que la contempla? Hacen falta ambas cosas, dijo Jules.
Sabemos que en el amor la pareja no es el ideal, hemos intentado algo mejor, pero ninguna solución es mejor.
Te querré siempre, hagas lo que hagas, ocurra lo que ocurra.
La tarde
Posted in Literatura, música, cine, pintura, opinión personal, naderías. on 25 noviembre, 2009| Leave a Comment »
TEXTO DE ENRIQUE VILA-MATAS
Posted in Literatura, música, cine, pintura, opinión personal, naderías. on 23 noviembre, 2009| Leave a Comment »
Estoy pensando en el gran escritor argentino Roberto Arlt y en aquella mañana de 1929 en la que sus compañeros de trabajo le encontraron en la redacción del periódico con los pies sin zapatos sobre la mesa, llorando, los calcetines rotos. Tenía enfrente un vaso con una rosa mustia. Ante las preguntas y las angustias de sus amigos, dijo:
-¿Pero no ven la flor? ¿No se dan cuenta que se está muriendo?
Son las cuatro de la madrugada en Barcelona y soy yo ahora el que tiene enfrente un vaso con una rosa mustia. El vaso no me quita la angustia, pero me ayuda aún más a pensar en Roberto Arlt. En realidad pienso en él desde que ayer un amigo literato me preguntó si en alguna ocasión, al igual que hiciera Arlt en otros días, me había fijado en las ventanas iluminadas a las cuatro de la madrugada. Hizo una pausa, y luego añadió: “Hay muchas historias en ellas”.
Y es verdad, las hay. Lo sé muy bien yo ahora, perfectamente insomne en mi personal zona de angustia, a las cuatro de la madrugada. Y es que acabo de ver, más allá de la rosa mustia, la misteriosa ventana recién iluminada de un vecino, y de inmediato me he preguntado qué historia habrá en ella, qué estará sucediendo ahí en ese interior.
A Roberto Arlt, hombre de grandes intuiciones, las ventanas iluminadas en la alta madrugada le mantenían despierto en muchas noches interminables: “Nada más llamativo en el cubo negro de la noche que un rectángulo de luz amarilla. ¿Quiénes están ahí adentro? ¿Jugadores, ladrones, suicidas, enfermos? ¿Nace o muere alguien en ese lugar? Ventana iluminada en la alta madrugada. Si se pudiera escribir todo lo que se oculta detrás de tus vidrios biselados o rotos se escribiría el más angustioso poema que conoce la humanidad.”
Mirando desde mi zona de angustia esa ventana iluminada del vecino, mi imaginación se ha despertado y he pensado, en primer lugar, en alguien que a estas horas está navegando por la infinita red de la pantalla de su ordenador. No sé por qué he elegido esta opción. El hecho es que muchas veces, al comenzar desde una zona de angustia un texto sonámbulo como éste, pretendo llevar a cabo un acto que me permita situarme en este mundo. Pero también es cierto que, en cuanto escribo la primera frase, mi angustia me deja algo parecido a un regusto de sollozo ante una rosa mustia, pues veo que mi mundo ha quedado ya de inmediato limitado.
Mi angustia viene de mi deseo de ser yo mañana una persona distinta, alguien no atado a la primera frase de sus escritos. Y logro calmarla ahora al ponerme a pensar que tal vez mi vecino está espiando otra ventana iluminada en la alta madrugada, y esa ventana es la mía y para él yo puedo estar ahora a punto de suicidarme, o tal vez celebrando un dinero ganado en un casino de juego, o, simplemente, ser alguien al que, de tanto mirar a la rosa mustia o a la luz de su ordenador, se le han quemado las pupilas.
Ventanas que son faros en la alta madrugada. Hay muchas historias en ellas. Historias de ladrones con linternas o de moribundos que dictan su último testamento. Historias de madres que se inclinan atormentadas de sueño sobre una cuna. Historias de parejas que hacen el amor o de tipos que charlan interminablemente sobre el misterio del universo. Historias de insomnes que piensan que el más angustioso poema que se puede escribir sobre la humanidad está ahí, en las ventanas iluminadas de las cuatro de la madrugada.
Ventana iluminada del vecino, la que estoy ahora contemplando. Es la ventana de alguien que se ha asomado a la Red y tiene a su disposición el mundo entero, sin limitaciones. Me tiene incluso a mí, espía estéril que aspira a que mañana sea otro día y yo no siga siendo el que ha escrito este texto que nació sonámbulo en la alta madrugada. Tal vez mañana consiga yo ser otro, pero creo que seguiré siendo el que una vez más intentará de nuevo situarse en este mundo y, para ello, desde la gran zona de angustia de la Red, volverá a escribir la primera frase sonámbula de un escrito que, de nuevo, será incapaz de abarcar un mundo que, como el hondo aire azul, no está en ninguna parte, y es interminable.
Canciones
Posted in Literatura, música, cine, pintura, opinión personal, naderías. on 23 noviembre, 2009| 1 Comment »
Verdades cercanas( de Marzal)
Posted in Literatura, música, cine, pintura, opinión personal, naderías. on 21 noviembre, 2009| Leave a Comment »
1
Deberías marcharte. La fiesta ha terminado.
Helada y sucia ya se anuncia el alba
con su oscuro cortejo de presagios.
Tendrías que acostarte, huir de este lugar
antes de que la luz te restituya
esa imagen de ti que ya conoces,
indefensa a tus ojos, lastimosa.
Has tocado por hoy el fondo de tu noche:
las ropas no guardan la corrección de unas horas atrás
y tu lengua está torpe,
has empezado a hurgar en la memoria
y ya no hay quien te fíe.
lo más sensato ahora sería retirarse.
2
Aquí, con convicción, ya nada te retiene.
Suena de nuevo idéntica la música
y no es fácil andar sobre el untuoso suelo del local.
Ha pasado la hora de raptarse alguna compañía
con quien querer fingir la noche inacabable,
y te será mejor no recurrir
a invitados finales,
errante cada cual en su constelación,
rezumando bebida como paredes húmedas,
dispuestos a cualquier confidencia extemporánea.
Es infame el lugar. Tal vez lo fuera siempre;
pero hasta hace poco era el teatro
idóneo para tus intenciones.
Se trataba de malgastar el tiempo,
uno más entre la turbadora clientela,
regresando al sabor bronco de noches apuradas,
de ti mismo perdido y encontrado.
El azar nos otorga reductos alejados de la severidad,
momentáneos reinos en donde nadie trata
el enojoso tema de la vida,
no importa si a conciencia o ignorantes
de que la vida huye al ser nombrada.
El azar nos obsequia y el azar nos despoja.
Así te ocurre ahora: la fiesta ha terminado,
y con la fiesta terminó el hechizo.
3
Has apurado el plazo
que la noche te había concedido,
y a quien la luz ha de traer
ya lo conoces.
Si vuelves hacia casa, con tus pasos
volverán sus pasos. Y a tu fatiga
su fatiga habrá de acompañar.
La fiesta ha terminado y queda su enseñanza:
como una vieja deuda contraída,
nada hay más imposible que escapar de nosotros.
Ya se aproxima el alba, y nadie ignora
que todo plazo acaba por cumplirse,
que toda deuda acaba por pagarse.
4
Ya ves; eso es lo que te aguarda, si te marchas,
y lo que aquí te espera no es mejor.
Conoces de antemano cuál será tu conducta:
sopesarás los dos ofrecimientos que posees
-la despoblada soledad de una fiesta ya extinta,
la habitual afrenta de estar solo contigo-
y antes de encaminarte hacia la casa
apurarás la noche un poco más.
(Un poco más, a estas torpes alturas de tu vida,
no puede ser muy malo.)
La fiesta ha terminado. Y aquí viene la luz,
la vieja hiena.
Has apurado el plazo
que la noche te había concedido,
y a quien la luz ha de traer
ya lo conoces.
Si vuelves hacia casa, con tus pasos
volverán sus pasos. Y a tu fatiga
su fatiga habrá de acompañar.
La fiesta ha terminado y queda su enseñanza:
como una vieja deuda contraída,
nada hay más imposible que escapar de nosotros.
Ya se aproxima el alba, y nadie ignora
que todo plazo acaba por cumplirse,
que toda deuda acaba por pagarse.
I WANT TO TELL YOU
Posted in Literatura, música, cine, pintura, opinión personal, naderías. on 19 noviembre, 2009| 3 Comments »
Jamás diré cosas que te hagan temblar.
Jamás verás atardeceres y pensarás en el atardecer que escribí,
en una servilleta,
con un azul de otra década.
Jamás darás un beso y creerás que es ese beso del que hablé,
en un poema que sólo tu viste,
el de los labios luminosos a lomos de un reflejo de Abril.
Jamás dirás Esquina y viajarás, al decirlo, a la esquina del olvido,
la que describí en la lluvia que se llevó algún llanto,
la que anida a ojerosos con fracasos insomnes.
Jamás sabrás lo que quise decirte cuando lo dije todo.
Porque sabes de sobra que todo conduce a nada.
Y la nada no hace temblar.
Y la nada no sabe de besos, de esquinas.
De atardeceres sin tí.
De cursiladas conmigo.
C.D.G
Cristales de Bohemia
Posted in Literatura, música, cine, pintura, opinión personal, naderías. on 17 noviembre, 2009| Leave a Comment »
Sin título
Posted in Literatura, música, cine, pintura, opinión personal, naderías. on 14 noviembre, 2009| Leave a Comment »
aunque queme el hielo.
No permitiré más empujón que el del viento,
que el de mis propios pies,
que no se calzarán,
aunque sangre el cielo
y el grito de esta madrugada rompa la ventana
y acristale mis pasos,
aunque se deslice el sudor de la bombilla
hasta mis talones.
Y ni el eco oirá mi lamento,
porque no habrá lamento.
Ni el folio acogerá mis versos,
porque no habrá versos.
Nunca hay versos en tus versos.
Sólo revueltos bailes de sincopados universos,
o cables pelados esperando el chispazo.
Un trago, otro trago,
hasta la sobriedad perfecta del alcohol en pena.
Sí, sobriedad.
Hasta ponerme en pie y avanzar.
Perfección sobria.
Hasta reconocerme en la pared con las manos.
Las manos, un día mías,
grandes, huecas, secas,
que palpan,
como se palpa la fruta,
la madurez de la pintura y
la consistencia del muro.
(No hacen falta ojos)
Confirmado: caerá sobre mí este muro.
Y me enterrará.
Cuando vengan será tarde.
El tiempo odia el retraso
y así lo paga el bien pagao:
Con el olvido
(que un día te bendijo)
sobre tu historia.
Con los cimientos
(que un día te elevaron)
sobre tus huesos.
Ni el perro alcantarillado querrá tus huesos,
son huesos de miedoso.
Y el miedo, desde las primeras guerras,
no goza de prestigio canino.
Y el miedo te trajo aquí, Doctor Hueco,
a la perfección sombría,
a clamar orgullos que vestían Nadas.
A rendir cuentas sin sacar banderas blancas,
a mirar el suelo como quien mira el suelo.
Un vómito, otro vómito,
hasta la ebriedad perfecta del que no tiene nada,
Sí, ebriedad.
Hasta las dos perfectas eses de tus pasos,
(Con el aplauso y las babas de Himmler,
desde algún lugar del horror)
el perfecto desorden de tus palabras
ordenadas en tu cabeza desordenada.
O el God is in the house de Nick Cave,
que te agarra de la cintura,
te zarandea,
te marea,
su voz,
te expulsa a los aires negros,
te abisma,
te devuelve a tu cuarto,
su piano,
al tercer hombre que siempre fuiste,
a tu hoy,
a tu cordura,
su voz, su piano, su ironía,
a tus pies descalzos,
que dicen no temer el hielo
la sangre
el cristal
el sudor de la luz.
Que saben,
como las manos,
¿hoy de quién?,
como estas palabras,
que el muro caerá sobre tí,
y que vendrán sólo para darte
lo que ya no tendrás entre ladrillos.
Lo que no quisiste escuchar
mientras te llenabas de alientos sin rima.
Lo que quizás ya sabías:
El silencio comprensivo.
La verdad del silencio.
La incomprensible soledad de quien está rodeado.