Roger Wolfe me ha dicho que hable de él.
No conozco a Roger Wolfe más allá de sus poemas y sus entrevistas Sanchezdragueras; jamás he hablado con él ( cuando vivió en Alicante,yo prefería el futbolín a sus regates de poesía), jamás ha hablado conmigo, pero me ha dicho que hable de él o que, al menos, ponga aquí un poema suyo. Qué cosas.
Roger Wolfe no necesita aplausos, sólo un disco de Lou Reed, un trago de humo o un rato tranquilo o trepidante. Como tú.
Roger Wolfe tiene poemas que recuerdan a Bukowski, pero más a Roger Wolfe. O a tu cenicero, o a la próxima copa, o a la persiana bajada. O a cuchillos certeros como el silencio.
Roger Wolfe tiene poemas que me recuerdan a ti, a mí, a las calles y los días que pateamos. Y otros en los que dice no necesitar a Proust ( yo no sé si lo necesito, pero pronto, muy pronto, lo probaré con calma. O algún sucedáneo de la calma, marca blanca).
Roger Wolfe dice sobre el Requiem de Mozart más que mil tratados kilométricos.( Y esta mentira que acabo de decir, la digo sin rubor)
Y me ha dicho que hable de él, pero él no lo sabe.
Él tampoco sabe que acompañaré su poema con una parte estremecedora del Requiem, sí, pero también con Screaming Jay Hawkings. Porque sí. Porque esta noche bien vale un grito, porque se disfrace de lo que se disfrace SJH, juegue a lo que juegue, tus ojos, tus orejas, tu piel, ( seas quien seas) bien merecen una canción así: interminable, tremenda, adictiva.
Con ustedes, Roger Wolfe, Mozart ( su Lacrimosa, por segunda o tercera vez aquí) y I Put a Spell on You.
Y a seguir de espaldas.
LA MÚSICA
Si la muerte
en algo
se parece
al Réquiem
de Mózart,
embarcadme
esta misma
noche.
(Y si no,
tampoco importa.
Con que suene
bastará.)
Acaba de pasar:
Una herida y una risa en tu boca.
Si me pido otra copa oiré tu risa,
pero la herida seguirá ahí,
ya sabes dónde.
Si me largo a casa no oiré tu risa,
pero olvidaré la herida junto al billete de 20 que dejaré
al lado de tu risa.
Hasta que dé dos pasos bajo el frío.
Claro.
—-
C.D.G
Deja una respuesta