Abrió el regalo, miró a sus padres y puso cara de asombro. Soltó una carcajada perfecta, dejó el paquete en el suelo y salió corriendo por toda la casa gritando de ilusión: ¡lo que quería! ¡lo que quería!
Sus padres, orgullosos, dejaron que siguiera explotando su felicidad por cada rincón de la vivienda.
El niño, por dentro, lloraba al saber que el sueño se había acabado la noche anterior, cuando por la rendija de su puerta, al oir ruidos, se enteró de todo y supo que no, que los reyes no son los padres como le habían dicho tantas veces en el patio del colegio. Que realmente son tres viejos vestidos de colorines y con olor a camello los que vienen desde muy lejos para llenar de alegría las casas. Ahora le tocaría disimular. ¿Hasta cuándo?
Qué chasco.
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C.D.G
Escrito con prisas y publicado hoy en la Esfera Cultural, dentro del concurso «La Otra Navidad»
Es como el sueño del sueño, el secreto invertido. Divertido. Ameno.
Un saludo indio
Sí, durante unos años, entre los cuatro y los cinco, estuve persuadida de que había visto a sus Majestades manipulando regalos en el salón de mi casa.Cuando me contaron en el cole que eran los padres, me peleé defendiendo lo contrario. Tu micro me ha recordado aquellos tiernos años en los que en mi mundo tenía cabida la Magia. Gracias.
Un abrazo
CDG, ¿Dónde empieza la realidad y acaba el sueño, o la inversa? Cada cual nos dibujamos una vida, lo más real o soñada posible, y quién puede decir que no es la mejor.
Este niño tiene razón, los Reyes Magos existen. Yo ya le he dicho a mi hermano pequeño que si no escribe su carta aquí en mi casa no le van a dejar el regalo que me ha pedido.
Un abrazo y suerte para el concurso. Es un gran micro, crack.
Creo que conozco a este personaje… no chafar la ilusión de unos padres….!!!!y los padres convenciéndome que su hijo con 12 añazos todavía no lo sabía, ….
Jejeje, las ilusiones de unos no tienen por que ser las de otros…
Besos desde el aire
Lo que yo quería era tenerte en la charca y ahí estás jeje croak, croak.
http://charcaderanas.blogspot.com/2011/12/rana-cdg.html
En cuanto a los Reyes…. lo que tienen que hacer los hijos para contentar a los padres… ainssss…. Me ha gustado mucho.
Saludillos
Si es que ser niño es un duro trabajo, ahora le toca disimular…
Me gustó esta vuelta de tuerca al tema.
Besitos
Indio: Gracias. Sueño dentro del sueño. ¿Qué si no? Saludos.
Paloma, gracias. Ser niño un par de veces al año lo recomiendan 9 de cada 10 personas con dos dedos de frente. Que vaya bien el paseo por la magia. Saludos.
Nicolás, buena idea la que has tenido con tu hermano. Buena idea la que tendrán los reyes con él. Buena idea la de soñar, que no siempre es gratis como dicen, pero a veces merece la pena. Y más que eso. Un abrazo
Sigrid, que engañados están esos padres. Menos mal que su hijo no es tonto y sabe que esas capas majestuosas se arrastraran por ese suelo que tanta ganas tiene de regalos. Muchas gracias. Un beso.
Puck, muchas gracias de nuevo por incluirme en la charca. Y sí, los niños deben estar cansados de enseñar a vivir a sus padres. Pero que sigan. Un abrazo.
Elysa, es verdad. Duro trabajo hacerse el tonto desde la fortaleza escondida de la sabiduria ( o sea, sus sueños). Gracias. Un beso.
Cierto Rosa, las ilusiones son personales, aunque no intransferibles. Que no nos la roben. Que no hagan de ella plastilina.
A jugar.
Besos.
¿Quién no se ha sentido alguna navidad así? ¿Quién, desde la infancia, no se ha dado cuenta que la vida se trata de engañar al engañador? ¿Que la felicidad es tan sólo una mueca ridícula y pasajera?
Qué perra la navidad en la que disimulamos una desilusión.
Muchas gracias Ma…., digo, Darnara. Muy pesimista te veo. A mí no me gusta la navidad, la verdad. Hay muecas que sólo lo parecen. Búscalas.
Un beso.
[…] su programa La Radio en Colectivo, de Radio Mislata, podréis escuchar, de su voz, mi microrrelato ¡Lo que yo quería! junto a la canción que le acompañaba por aquí: Me cago en todo, de Don Andrés […]