Ante la noticia de la muerte de Neil Armstrong, recupero algo que publiqué aquí cuando se cumplieron, en 2009, 40 años de la llegada del hombre a la luna.
Diez años antes de que yo naciera, tres hombres volaron a toda velocidad a la luna, para cumplir el sueño de escritores, presidentes y ambiciosos. Para dejar al mundo con la boca abierta, a los rusos temblando de miedo y a los malpensados con teorías disparatadas.
Diez años antes de que yo naciera, el mundo dejó de ser un mapamundi para convertirse en un mapa con sucursal galáctica. Todos miraban al cielo para creerse lo que veían por televisión.
Treinta años después de nacer nadie ha vuelto a dar, en esos cráteres, pequeños pasos para el hombre, grandes pasos para la humanidad.
Cuarenta años después hablamos por teléfono móvil, volamos por internet. Y los que nacieron ayer no se asombran con un paseo por la luna. Pero siguen temblando con un beso, con una caricia en el filo de lo inesperado, con un susurro en mitad del ruido, con una respiración ajena pegada a la piel propia, con la lágrima más triste de la historia, con el silencio de la voz que necesitan, con la felicidad fugaz, con la tristeza merecida: grandes pasos para el hombre.
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C.D.G
Ahora el Curiosity alegra a los marcianos-si es que los hay-las tardes de este caluroso verano para regocijo de la Nasa. Ahora que llegamos más lejos fuera de los confines de nuestra bola azul, tenemos serios problemas más cerca.
Muy cierto tu análisis, si señor.
Un abrazo
Paloma Hidalgo
Tienes razón, Paloma,Controlamos parte del exterior, pero no todo del interior.
Muchas gracias, un abrazo.
Los grandes pasos para el hombre están en las pequeñas hazañas que a diario se van logrando, las pequeñas derrotas y los pequeños logros que se consiguen en lo cotidiano.
Lo que nos emociona positiva o negativamente.
Aquel gran paso para la humanidad, es hoy un pequeño paso para el hombre que parece lejano.
Sinceramente, no dudo que el hombre haya pisado la luna, es más no dudo que lo hiciera el tristemente fallecido Armstrong, lo que no me trago ni por asomo es la parafernalia que montaron con las imágenes en directo.
Si todavía a día de hoy nos cuestan las videoconferencias o las señales desde algunos satélites no me imagino en aquellos años haciendo una transmisión en directo. No, definitivamente no me lo trago.
Y por otro lado… tan triste era la luna que no hemos vuelto a poner un pie en ella?
Aquello fue un invento americano para dar miedito a los rusos. Seguro que Spielberg estaba detrás de todo el escenario.
En cualquier caso, la ambición del hombre va hoy más lejos de nuestra pequeña lunita, se van a Marte, porque nuestro único satélite y el más romántico parece que no interesa a nadie.
Descanse en paz.
Besitos mediterráneos.
Es verdad,Gala, que entre la luna y nosotros, entre las hazañas intergalácticas y las cotidianas, parece haber un mundo aunque no siempre sea así.
El hombre sí volvió a la luna varias veces en los siguientes dos años, pero en 1971 se echó el freno. Tuvo mucho de parafernalia aunque Spielberg, por aquel entonces, solo era un director de series de televisión. Sobre Kubrick sí que se llegaron a decir cosas, pero yo lo dudo. Quizás no volvió allá el hombre porque ya no interesaba, porque ya se había ganado la batalla propagandística.
A mí, con todo, me parece apasionante esa historia de sueño (como todo lo que tiene la luna como protagonista), política y poder. Recomiendo el Moonfire, de Norman Mailer.
P.D: Si hoy veis fotografias de Armstrong en la luna, no siempre será él el que esté tras ese traje espacial. La mayoría de las fotos de ese viaje las tomó él mismo. Y en la mayoría de ellas, quien sale retratado es Aldrin.
Un beso y gracias, Gala.
cierto, carlos edmundo de ory también se refiere a estos misterios inescrutables, eternos: la física nuclear no me explica porqué lloro por amor
Eso que dices, Raúl, no hay quien lo explique….
Muchas gracias.
Personalmente la llegada del hombre a la luna es un hecho que siempre me ha asombrado. Hubo un tiempo que busqué ese vídeo en Internet que mostraba con detenimiento la bandera americana ondeando al viento para demostrar que todo era mentira, que en la luna no hace viento y que aquello era un formidable invento. Tampoco yo dudo que llegaran, que pisaran, que palparan …pero …en 1969 ….aquella retransmisión iba un pelín avanzada para la época (o eso pienso…).
Me gusta lo que has escrito. Y es un buen día para publicarlo. Amstrong puede que lea tu texto desde muy cerca de la luna…en el cielo …
Besos desde mis palabras.
Muchas gracias, Laura, por la opinión y por la reflexión.
Un beso.
No se si estuvo o no en la luna…Prefiero pensarla virgen de pisadas humanas. Limpia de basuras espaciales, mirándonos e influyendo en nuestras vidas con su cara llena, promoviendo nuestras locuras, inspirando a los poetas. Envuelta en su halo de misterio…
Besos desde el aire
Yo, leído lo leído (y lo que me queda, que Moonfire es apasionante) sí creo que allí estuvieron. Y creo que es compatible la basura espacial con la inspiración de los poetas. Bukowski hizo de la basura todo un arte de versos y vida.
Muchas gracias, Rosa.
Un beso
Pues yo si creo que fueron, pero claro esos viajes representan una inversión enorme, pero olvidamos que de cada viaje se han logrados cosas positivas que se ha aplicado en nuestra vida cotidiana. Creo que hay bastante desconocimiento sobre lo que han significado esos viajes.
Besitos
Totalmente de acuerdo, Elysa.
Un beso.
A mí me parece un gran homenaje a aquella gesta, CDG, sucediera o no; que para mí es lo menos importante.
Yo me quedo con el final de tu texto, porque me siguen importando mucho más -quizás porque es lo único que me hace sentir vivo- los susurros, las caricias y los besos que la exploración del universo. Egoísmo de la edad, supongo.
Un abrazo,
Me ha parecido una crónica sublime. Los grandes pasos de la humanidad se consiguen con un montón de pequeños gestos, las verdaderas conquistas no están en llegar a La Luna o a Marte sino en descubrir que el Universo se extiende mucho más allá de nuestro propio ombligo.
Magistral y la música de acompañamiento soberbia.
Un abrazo,