No me gusta ver cómo las olas mueren en las rocas. Sé que me diréis que no es así, que no mueren, que chocan contra ellas, las muerden, las abren de piernas, las empapan y vuelven hacia atrás para regresar, esta vez en las tripas de olas más grandes, más hambrientas. Lo he escuchando tantas veces…
Pero cada vez que las veo estampándose contra las rocas, creo ( y lo hago firmemente) que mueren. Se acercan a nosotros para morir. Me duele saber que soy el único que las oye gritar mientras se retuercen junto a la piedra y escupen su última espuma. Puedo liarme entonces un cigarrillo, ver ascender el humo hasta las alas soleadas de las gaviotas y quitarme el sudor salado de mi frente; pero mi pensamiento siempre estará varado, como las olas, en esas rocas de ahí abajo que en silencio dicen más que toda nuestra verborrea de observadores ciegos de la naturaleza.
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C.D.G
Estas olas contra las rocas, esta muerte en silencio me puso muy triste. Y ahí estoy. Varado en mi tristeza.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Las olas como últimos estertores del mar.
La agonía de la última espuma: esa imagen es muy, muy buena.
Saludos van, C.D.G.
Impactante y conmovedora descripción de ese trocito de mar que todos nos merecemos.
No creo lo mismo que tu. Yo no las percibo muriéndose sino bien al contrario, Se estrellan contra la Tierra, la penetran, la fecundan, le dan la vida y después retroceden para nuevamente volver a embestir.
Es un relato magnífico, aunque no se si es relato, historia o pensamiento, el nombre es lo de menos.
Mueren, si, lo hacen, contra las rocas o intentando salvarse agarrándose a los tobillos de los paseantes de la playa… Triste, como yo, que acabo de dejar al mar abandonado en la playa…
Besos desde el aire
Muchas gracias a todos por tener un hueco en Agosto.
Un abrazo.
La verdad es que nunca me lo he preguntado.
Quizá sea así y vayan a morir de tempestades a la orilla, estrellando sus silencios, mareas y soledades.
Un beso.
CDG, a veces nos enquistamos en pensamientos profundos sobre singularidades cotidianas, y a la inversa, que no son más que sales para esta vida que puede ser insulsa o dulce, según la sepamos llevar.
Un abrazo, crack.