Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for agosto 2014

 

No tiene color la pincelada que se da cuando todos te ven.

—-

C.D.G

Fotografía: Retrato de Lucian Freud

 

 

Read Full Post »

 

Planto cenizas y de ellas crece el humo que escupe una llama que quema la cerilla que lanzo desde el balcón que abro trece segundos después de tu adiós y que cae sobre las cenizas que planto.

C.D.G

Fotografía: protagonista, Morrissey; autor, desconocido por mí.

Read Full Post »

 

Sus manos escuchan el tablao,

abrazan el aire y lo rompen en elegante quejío

hasta hacerlo baile, mirada y mundo;

es decir: idioma.

—-

C.D.G

Fotografía: Vicente Escudero, por Grey Villet

 

Read Full Post »

 

Son muy jóvenes los muchachos que llenan dos de los bancos del parque que hay bajo mi ventana. Es de chocolate malo el humo que asciende desde esos dos bancos hasta mi cara. Un día fui como ellos y me reía de la gente como yo. Como miren hacia arriba, me ganaré un quémirasviejo. Las cervezas que beben ya están calientes, pero no se quejan. Esa es la gracia. Los porros que fuman no les hace efecto, pero disimulan y se descojonan y tosen como si lo que baila en sus pulmones fuera pura bomba del Magreb. Las fotos que se enseñan en el móvil están trucadas como sus motos, pero se las creen como se creen sus cilindradas de humo. Son muy jóvenes los muchachos que vuelcan su tarde bajo mi casa, pero todos ellos ya han cumplido treinta y seis.

—-

C.D.G

Fotografía: Bill Eppridge

 

Read Full Post »

 

El aire que se cuela por sus dedos me mira. 

Ellos me llaman loco,

pero mis ojos se despeinan

y mascullan un deseo

cuando me mira el aire que se cuela por sus dedos.

—-

C.D.G

Read Full Post »

 

Un árbol en mitad de la ciudad.

Un nido en lo alto del árbol.

Tres polluelos en el nido reclaman comida.

Un niño bajo el árbol busca con la mirada el nido.

El autor de esta historia le toca el hombro al niño.

El niño señala el nido al autor de esta historia.

El autor de esta historia mira también el nido.

Los dos (el niño y el autor de esta historia) escuchan el desesperado canto de los pajaritos sin vuelo.

Los tres (el niño, el nido y el autor de esta historia) forman algo.

C.D.G

Fotografía: extracto de mapa de Jenni Sparks

 

Read Full Post »

 

He vivido los blancos de la vida.
He lamido las luces de tus heces.
Soy el llanto descuidado de tu voz.

C.D.G

Primer verso, de L.M Panero.

Fotografía: Linda McCartney

Read Full Post »

 

El último fulgor fuma en pipa de color angustia.

Me han dicho desde los teclados de aire que la arrogancia se tenderá bajo el sol, junto a un cartel que diga todo con errores. Dar pena llena sombreros y empapa el invierno.

Se acerca el perro. Me ladrará antes de comérmelo. Y seré como esas trompetas de final de fiesta. Los vasos de plástico con surcos de tragos no querrán largarse. Los barrerán a la fuerza y la trompeta seguirá sonando y el perro que me he comido aparecerá en mis sueños llevando entre los dientes una Magnum lista para usar. Y la usará. Logrará (qué avance el de los canes) dispararla. Y la bala hará diana en el corazón de mi fase REM. Eso no puede ser sano. Sudaré entre sábanas, nadie escuchará mi súplica. Todos estarán, como ahora, demasiado ocupados leyendo veranos en papel de siesta.

Y se encenderá la luz verde al otro lado del cristal que me separa de las huellas dactilares que llenan mi sombrero. Y me tocará contar hasta tres, tragar saliva y arrancar con mis manos de estiércol el cinismo supino del brochazo de carmín que nubla las primeras horas del día de las últimas líneas que escribo.

C.D.G

Fotografía: retrato de Kurt Wagner (Lambchop)

Read Full Post »

No ha pasado ni una hora y ya están de nuevo dentro del agua. La madre de Pablo tiembla de miedo; Pablo y su primo, de ilusión. No hay corte de digestión si uno lleva en la orilla una hora y media tomando carrerilla sin avanzar, como un toro bravo, con migas de pan en sus pechos de sudor, sol y arena.

Las olas, por pequeñas que sean, les convierten en meros juguetes de la naturaleza. Les voltean, les hacen tragar y oír mar, solo mar. Pero ya queda poco para septiembre y tienen que disfrutar cada segundo. Lo han escuchado en la tele.

Se les ocurre mirar a la madre de Pablo bajo ese otro mar de sombrillas y mostrarle su osadía. No está. Miran mejor, con unos ojos de lince que han visto en youtube. No está. ¿No es esa sombrilla de flores rojas? No, esa no. Salen del mar. La buscan. Ni rastro. Tendría que estar leyendo junto a la familia de gordos alemanes. Pero no está. Lloran. De pie. Junto a un castillo de arena a medio hacer. No está. 

Ellos sí están.

Están completamente solos en una playa completamente llena.

Y a los dos les da un corte de digestión. O algo así.

—-

C.D.G

 

Read Full Post »

 

Las piedras que rondan mis palabras

han cambiado de color.

No son ahora verdes,

como siempre han sido.

Nadie ha definido,

nadie definirá,

el color que ahora tienen

las piedras que rondan mis palabras.

Y con su nuevo color, las modifican:

su densidad,

su piel,

su significado.

Mis manos están llenas de brujas,

digo. Y vuelvo a decirlo.

¿Escucháis lo que yo escucho?

Algo ha cambiado.

Y da miedo.

Cuidad y regad las piedras que rondan vuestras palabras.

Las piedras sobreviven a nuestras guerras,

 a nuestras tartas,

 a nuestras herrumbres,

 a nuestras palabras.

Todas ellas.

.

Algo ha cambiado

y mis brujas están llenas de manos.

Escuchad.

C.D.G

Fotografía: fotograma de Holy Motors.

Read Full Post »

Older Posts »