De trozos cansados está hecha esta historia. En la puerta del bar alguien se fuma un cigarro y tose tras cada calada. Mira al portal de enfrente y al comienzo de la lluvia. Lluvia de noche que se ve porque hay farolas, benditas farolas. No debería ser gratis ver tal estampa. No se termina el cigarro. Vuelve al bar. No se termina la copa, que ya no tiene hielo, ni labios, ni nadie quien le escriba.
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C.D.G
Soledad, silencio ……. y a pesar de todo una historia de lo más elocuente.
Una vez más admiro tu capacidad de transmitir tanto en tan pocas palabras.
Un beso !!!
El Anónimo soy yo ….jajajajaja….. no sé qué ha pasado!!!
Excelente esa cosificación y esa degradación descendente hasta llegar a ser nada… ni nadie entre letras ajenas. Me gustó ese ambiente creado, lo ví, vi esa lluvia bajo la luz de la farola y la tristeza de la melancolía en su desnudez.
Ah y el principio bestial.
Y un beso, claro.