Mis horas han caído.
Las recogen los niños, se van corriendo.
Yo no tengo fuerzas para perseguirlos.
Me consuelo pensando que, pronto,
ya no me quedarán horas que perder
y a esos niños, algún día, les pesarán mucho sus bolsillos,
tan parecidos a los míos.
—–
C.D.G
Fotografía: Willy Ronis
Me parece un excelente consuelo…
No hubiese podido imaginar uno mejor.
¿Puedo apuntarme?
😉
Y un beso.