Cielo que sabe de barro
en un lienzo de uñas rotas.
Se escapa de él un niño
y su rastro de sangre.
Hay un poeta en cada paso
y en la lluvia que abraza
la nueva pesadilla
que preside la cuna
que mece el camino
sin más señal
que la prisa
por ser.
C.D.G
Caminar despacito para no perder a aquel niño que llevamos dentro…
Un beso, Carlos.