Espacios

 

El espacio entre lo que digo y lo que callo es tan pequeño y poderoso como el transparente meñique de un recién nacido delante de unos ojos, los míos, que, ante dicho milagro, no saben si decir o callar, así que lloran.

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C.D.G

 

Ya ladran

Ya ladran

los pasadizos

que nos definirán.

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C.D.G

 

 

 

 

El paisaje era conocido

El paisaje era conocido,

como conocida era la voz

que al oído que rendí al viento

me dijo que todo aquello era mío

y solo mío.

El paisaje era de sangre,

como de sangre era la mano

que en la espalda que di al tiempo

me selló el nombre que ya era tuyo

y solo tuyo.

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C.D.G

 

Calendario

 

Tiré el calendario al fuego.

Pero el tiempo siguió consumiéndome.

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C.D.G

 

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No pises las luces rotas, que sangrarán las huellas de tu sombra.

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C.D.G

Podrás

 

Podrás decirme que entre sábanas me piensas.

Podrás callarte que tras las persianas sangras.

Podrás llamarme con la bandera negra

que solo cuando hay sed me ladra.

Podrás inventar un lenguaje que abrasa

el camino de rosas muertas

con el paso gigante del tiempo

que solo ríe si arrebata.

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C.D.G

Migajas

Migajas de aliento arrinconado.

No hay luz en la voz escrita.

Palpitemos juntos,

que se alquila el tiempo

a precio de saldo y caballo cojo.

No quiero arreglar el reloj

que nos arrancó de cuajo

el trepidante baile de amor en lonchas.

Pronto vendrán las hormigas

con el idioma del hambre.

Pronto seremos la sombra

de las migajas de aliento arrinconado

que ahora brillan y lloran.

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C.D.G

 

Bronceado

 

Le vendieron tras el primer entrenamiento: había vuelto de las vacaciones más bronceado que la estrella del equipo.

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C.D.G

 

Carga las tintas

 

Carga las tintas, dispara y se hiere.

Lo llaman intento de suicidio.

Él sabe que es estupidez supina.

Carga las tintas, dispara y se hiere.

Y su piel es verso en grieta

y sus órganos un himno

con letra escrita por un niño

y cantado por el lagarto de la nube.

Carga las tintas, dispara y se hiere.

Nada es mortal en la pluma.

Nada sobrevive tras ella.

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C.D.G

Pavese

2 de Diciembre, 1937.

Hoy has hablado demasiado.

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De El oficio de vivir.